Alimentos sólidos y la salud oral infantil

 

¿Cómo pasar a los alimentos sólidos cuidando la salud oral de los niños?


Cuando llega el momento de que nuestros pequeños comiencen a probar alimentos sólidos, los padres experimentamos una mezcla de emoción y nerviosismo. No cabe duda que esta etapa es un gran paso en su desarrollo, pero también nos genera muchas dudas. ¿Qué pueden comer los niños? ¿Cómo evitar que se atraganten? ¿Y qué pasa con sus dientes? Aunque en muchas ocasiones nos enfocamos en lo nutritivo (que si el brócoli, que si el pollo, que si el plátano…), lo cierto es que también debemos tener en cuenta la salud oral de los niños en este proceso. Al fin u al cabo, los dientes de leche también necesitan cuidados desde el primer momento en el que aparecen. A lo largo de este artículo, voy a contarte cómo puedes hacer esta transición a los alimentos sólidos de forma segura, saludable y, por supuesto, cuidado la sonrisa de tus pequeños.

¿Cuándo pueden comenzar a comer alimentos sólidos los niños?


La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños empiecen con los alimentos sólidos alrededor de los 6 meses de edad. No obstante, esto puede variar un poco en función del desarrollo del niño. Entonces, ¿cómo puedes saber si tu peque está preparado para los alimentos sólidos? Algunas señales que indican que tu bebé puede comenzar a probar sólidos son estas:

  • Se sienta con apoyo y mantiene la cabeza erguida.

  • Muestra interés por la comida cuando te ve comer.

  • Ha perdido el reflejo de extrusión (ya no empuja la comida con la lengua).

  • Abre la boca cuando se le acerca una cuchara o comida.

Aunque tu bebé empiece a probar los sólidos, es fundamental que la leche materna o de fórmula siga siendo su principal fuente de alimento hasta su primer año de vida. ¿Y en qué influyen la transición a los alimentos sólidos en la salud de tu bebé? Pues, ¡en mucho! Cuando introducimos los sólidos en la dieta del bebé, favorecemos que este desarrolle correctamente los músculos faciales, la lengua y la mandíbula. Todo esto influye directamente en cómo se forman sus dientes, cómo se alinea su mordida y cómo se desarrolla su habla. En definitiva, comer alimentos sólidos no solo influye en la nutrición de tu pequeño, sino también en el desarrollo de toda su boca. Además, algunos alimentos pueden aumentar el riesgo de caries si no se cuida bien la higiene oral. Así que cuanto antes empieces a enseñar buenos hábitos de higiene oral al niño, mejor.

Alimentos sólidos y salud oral: aspectos a tener en cuenta para cuidar la salud bucodental de los niños


La importancia de la textura de los alimentos: lo habitual es comenzar la transición a los alimentos sólidos del bebé dándole purés muy suaves. Aunque esto está bien durante los primeros días, lo cierto es que no se recomienda esa textura de alimentos por un tiempo prolongado. Esto lo único que puede provocar es que la boca de tu pequeño no se desarrolle como corresponde. Lo ideal es avanzar de forma progresiva a texturas más sólidas y grumosas, que obliguen al bebé a masticar los alimentos. Masticar estimula el crecimiento de los maxilares, fortalece las encías y ayuda a que los dientes salgan correctamente. Además, permite que el niño se familiarice con diferentes sensaciones, lo que reduce el riesgo de que más adelante sea selectivo con la comida (el famoso «no me gusta nada»). Aquí te dejo un consejo muy útil respecto a este tema: comienza con trocitos blandos de frutas, verduras cocidas, panecillo o arroz suave. Por ejemplo, el método Baby Led Weaning (BLW), propone que el bebé explore alimentos en trozos desde el principio. Eso sí, siempre con mucha supervisión de parte de sus padres.

Cuidado con el azúcar: una de las principales causas de caries en niños pequeños es la exposición temprana y frecuente al azúcar. Y no te estoy hablando solo del azúcar de los dulces o zumos, sino también de los yogures azucarados, las compotas procesadas, las galletitas para bebés o los cereales del desayuno. Incluso algunos productos que pueden parecerte saludables puede tener azúcares añadidos. Por eso es importante que leas con atención las etiquetas y que optes siempre por alimentos naturales o sin azúcar agregada. La caries es la patología dental crónica más común en la infancia. Y una vez que aparece en los dientes de leche, puede afectar la salud de los dientes permanentes. Así que prevenir desde el principio es clave.

¿Cómo limpiar su boca si aún no tiene dientes?: La mayoría de las personas piensan que hay que comenzar a cepillar los dientes de los niños cuando sale sus primeros dientes de leche. Sin embargo, esto no es así. La higiene dental de tu pequeño tienen que empezar antes de que erupcione su primer diente: limpia las encías del bebé con una gasita húmeda después de cada comida. De esta manera, estarás eliminando los restos de leche o alimentos de su boca y, por tanto, previniendo que desarrolle caries. Cuando aparezcan sus primeros dientes (alrededor de los 6 u 8 meses de edad), sigue estas pautas:

  • Usa un cepillo de cerdas suaves y de tamaño infantil.

  • Cepilla los dientes del niño dos veces al día (pon especial énfasis en la limpieza dental antes de irse a la cama).

  • Utiliza pasta dental con flúor (la cantidad tiene que ser aproximadamente la del tamaño de un granito de arroz).

  • No dejes que tu bebé se quede dormido con el biberón (sobre todo si contiene leche o zumos).

Alimentos que ayudan a la salud bucodental: algunos alimentos son aliados naturales de la salud oral:

  • Frutas y verduras crujientes (como la manzana o la zanahoria cocida) ayudan a limpiar los dientes y las encías.

  • Quesos y yogures naturales (sin azúcar) aportan calcio y fortalecen el esmalte.

  • Agua: es la mejor bebida. Ayuda a arrastrar los restos de comida y a mantener la boca hidratada.

Un consejo: limita el consumo de snacks pegajosos (pasas, galletitas blandas o pan de molde) de tu hijo, ya que suelen quedarse adheridos a los dientes.

La primera visita al odontopediatra: este es un punto clave que muchas veces los padres pasan por alto. Tu hijo debe visitar por primera vez la clínica de un odontopediatra cuando sale su primer diente o al cumplir el primer año de vida. En esa primera consulta el profesional revisar el desarrollo de la boca del bebé, te enseñará las técnicas de higiene bucodental adecuadas y responderá cualquier duda que tengas. Además, también puede detectar a tiempo cualquier patología que este comenzando a gestarse en la boca de tu hijo. Por último, ir al dentista desde pequeños también ayuda a los peques a familiarizarse con el ambiente y a no tener miedo en el futuro.

Hábitos que conviene evitar: durante la transición a los alimentos sólidos, hay ciertas costumbres que suelen parecer inofensivas, pero que puede perjudicar a largo plazo la salud oral de los niños. Por ejemplo:

  • Probar la comida con la cuchara del bebé o limpiarle el chupete con tu boca: esto puede transmitir bacterias que causan caries.

  • Usar alimentos como premios o consuelos: crea una asociación emocional con la comida que puede generar hábitos poco saludables.

  • Chupetes azucarados o mojados en miel: totalmente desaconsejados. Aumentan el riesgo de caries desde el inicio.

Hacer de la higiene oral un juego: a muchos niños no les gusta que les limpien la boca o los dientes… al principio. Pero si lo conviertes en una rutina divertida (por ejemplo, con canciones, juegos o incluso dejándole cepillarse solo -con tu supervisión), será mucho más sencillo. También puedes usar cuentos o dibujos que hablen sobre la importancia de cuidar los dientes. De hecho, incluso hay cepillos de dientes que se iluminan o tocan música.

La transición a los alimentos sólidos es un gran paso en el desarrollo de tu hijo. ¡También una gran oportunidad para comenzar a cuidar su salud bucodental. Aquí te dejo los puntos claves para que lo tengas siempre en cuenta:

  • Comienza el paso a los sólidos entre los 6 y 8 meses (en función del desarrollo de tu bebé).

  • Dale alimentos con texturas que favorezcan la masticación.

  • Evita o limita el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido en azúcar de tu hijo.

  • Limpia las encías del bebé con una gasa húmeda antes de que salgan sus dientes de leche.

  • Utiliza cepillo con pasta con flúor (cantidad mínima).

  • Acude al odontopediatra antes de su primer año de vida.

Recuerda que debes cuidar la salud oral de tu pequeño desde que nace. Con buenos hábitos de higiene dental desde el principio, no solo vas a proteger sus dientes, sino que también le estarás enseñando a cuidar su cuerpo y su salud de por vida.

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