¿Cómo influye en la salud oral besar a los bebés en la boca?
Los padres primerizos suelen pasar por alto que los bebés llegan al mundo con la boca completamente libre de bacterias. Es decir, su cavidad oral se encuentra estéril al momento del nacimiento. Algo que cambia durante la erupción de los primeros dientes de leche. En esta etapa de la vida del bebé su boca comienza a ser colonizada por microorganismos. Una de las primeras bacterias que aparecen en la cavidad oral de los bebés es la Streptococcus mutans, una de las principales responsables de las caries dentales y otras patologías bucales. Durante el parto, cuando el bebé atraviesa el canal vaginal, resulta bastante frecuente que adquiera algunas bacterias de la madre, lo que representa uno de los primeros contactos con microorganismos. Más adelante, la lactancia también contribuye al proceso de colonización de las bacterias en su boca, ya que a través de la leche materna se transmiten algunos microorganismos beneficios. Además, el intercambio de besos y las muestras de afecto entre padres e hijos también influye en la formación de la flora bacteriana que habitará la boca del pequeño.
Estos primeros contactos bacterianos son claves, ya que determinan en gran medida qué tipo de microorganismos se instalarán en la cavidad oral del bebé. Dependiendo de esta composición, el niño podrá ser más o menos propenso a desarrollar caries o enfermedades en las encías en el futuro. Por eso, se considera que los padres (y cuidadores en general) pueden ser una vía directa de transmisión de bacterias y virus bucales. Ante esta realidad, es fundamental que los adultos mantengan una higiene oral adecuada, no solo por su propia salud; sino también como medida de prevención para sus hijos. Cuidar la salud bucodental desde el entorno familiar es una forma eficaz de reducir el riesgo de enfermedades desde los primeros meses de vida del bebé.
¿Qué ocurre si se les transmiten estas bacterias los bebés?
Se ha comprobado que cuando la boca del bebé entra en contacto con bacterias que provocan caries desde una edad temprana, existe un mayor riesgo de que desarrolle caries en poco tiempo. Pero este no es el único problema que puede surgir. La periodontitis —también conocida como piorrea— es otra afección bastante frecuente en personas adultas. Esta patología consiste en la inflamación de las encías, y cuando no se trata a tiempo o correctamente puede dañar los tejidos que sostienen los dientes o incluso provocar su pérdida. Lo más preocupante es que esta enfermedad también puede transmitirse entre personas, especialmente entre padres e hijos. Lo cierto es que nuestra boca alberga millones de microorganismos que, con el transcurro del tiempo, forman una capa denominada placa bacteriana sobre los dientes. Aunque la placa bacteria es invisible, puede ser muy dañina si no se elimina correctamente con el cepillado diario de los dientes. De hecho, cuando se acumula demasiado, provoca la inflamación y el sangrado de las encías (gingivitis). Si dejamos pasar por alto esta afección, lo más normal es que acabe desembocando en un problema mucho mayor: la periodontitis.
Estas bacterias pueden pasar de adultos a niños de forma muy sencilla. Incluso a través de gestos tan cotidianos como los besos. Ahora bien, no se trata de alarmarse ni de dejar de mostrar afecto a nuestros hijos. Lo importante es ser conscientes de estos riesgos, sobre todo si hay antecedentes de problemas bucales en la familia. La mejor recomendación es mantener una buena rutina de higiene bucodental y acudir al dentista de forma regular para realizar controles preventivos. Además de la colonización por bacterias que causan la caries y la periodontitis, también existen otras enfermedades que se transmiten por la boca, como por ejemplo: los catarros y resfriados, el herpes, la meningitis, la hepatitis B o las verrugas. Por esta razón, lo ideal es evitar -o disminuir la frecuencia- dar besos en la boca a bebés y niños. Debemos ser conscientes de que el sistema inmunitario de los más pequeños de la casa está en desarrollo y aún tiene que adquirir la protección de las vacunas de muchas enfermedades.
¿Por qué los bebés son más vulnerables a las bacterias de la boca?
Los bebés nacen con una cavidad bucal estéril, es decir, sin bacterias. A medida que crecen, su boca se va colonizando por microorganismos que provienen principalmente de sus cuidadores. Si un adulto tiene una alta carga de bacterias cariogénicas, como Streptococcus mutans, existe una mayor probabilidad de que estas se transmitan al bebé. Además, el sistema inmunológico del bebé todavía no está completamente desarrollado. Esto significa que el bebé es muy susceptible a contraer infecciones y enfermedades bucodentales. ¿Y qué sucede con la lactancia materna? Por lo general, la leche materna no se asocia con un aumento en el riesgo de parecer caries. No obstante, es esencial que la madre mantenga unos buenos hábitos de higiene oral, ya que bacterias como Streptococcus mutans pueden estar presentes en su boca y, si se transmiten al bebé, podrían aumentar el riesgo de caries. Por lo tanto, se recomienda que las madres mantengan una adecuada salud bucal y eviten prácticas como compartir utensilios o besos en la boca con el bebé.
¿Cómo prevenir la transmisión de bacterias a la boca del bebé?
Para proteger la salud bucodental del bebé, es esencial adoptar ciertas prácticas:
Evitar besos en la boca: aunque es natural querer besar a nuestro bebé, es recomendable evitar los besos en la boca para prevenir la transmisión de bacterias.
No compartir utensilios: evita compartir cucharas, biberones o chupetes con el bebé, ya que esto puede transferir bacterias de tu boca a la de tu pequeño.
Mantener una buena higiene bucal: los padres deben cepillarse los dientes regularmente y visitar al dentista para reducir la carga bacteriana en su boca.
Limpiar las encías del bebé: antes de la erupción de los dientes, es recomendable limpiar las encías del bebé con una gasa o paño húmedo para eliminar restos de leche y prevenir infecciones.
¿Cuándo debe el bebé visitar al dentista?
Lo ideal es que el bebé visite por primera vez la clínica del dentista alrededor de su primer año de vida o cuando erupcione su primer diente de leche. Durante esta consulta, el odontopediatra puede evaluar la salud bucal del bebé, ofrecer orientación sobre cuidados y detectar posibles problemas en etapas tempranas. Si no se toman medidas para evitar la transmisión de bacterias, el bebé puede enfrentar varios problemas bucales:
Caries dental temprana: la presencia de bacterias cariogénicas en la boca del bebé puede llevar al desarrollo de caries en los dientes de leche, que son esenciales para la masticación y el desarrollo del habla.
Infecciones bucales: la transmisión de bacterias patógenas puede causar infecciones en las encías y otros tejidos bucales del bebé.
Desarrollo de malos hábitos: prácticas como chuparse el dedo o usar chupetes contaminados pueden afectar el desarrollo de la boca y los dientes del bebé.
¿Qué hacer si ya se ha besado al bebé en la boca?
Si ya has besado a tu bebé en la boca, no entres en pánico. Lo importante es comenzar a implementar las medidas preventivas mencionadas anteriormente para reducir el riesgo de transmisión de bacterias. Mantén una buena higiene bucal, evita compartir utensilios y programa una visita al dentista para asegurarte de que la salud bucal del bebé esté en óptimas condiciones. Los besos son una expresión natural de amor y cariño hacia nuestros bebés. Sin embargo, es fundamental ser conscientes de que pueden transmitir bacterias que afectan su salud bucodental. Adoptando prácticas de higiene adecuadas y evitando compartir saliva con el bebé, podemos proteger su boca y asegurar un desarrollo saludable. Recuerda que la prevención es la clave para una sonrisa sana desde el inicio.